El entorno
Tías, lanzarote
Sí. La respuesta a la armonía de los elementos: tierra, mar, aire y fuego. Al entendimiento de las emociones: carácter, pasión y deseo. Al acuerdo con la naturaleza: volcanes y playas. Océano Atlántico y viento. Al respeto y atención por el medio ambiente: lava y vides. Pero sobre todo a las técnicas, experiencia, habilidades y rigor de los enólogos: arte y vino.
Sí. En las Islas Canarias. En la isla de los volcanes, Lanzarote, en este pequeño pero gran archipiélago mágico y seductor, se dan las características medioambientales y condiciones climatológicas necesarias para elaborar unos vinos canarios excepcionales.
Sí. Esta es la ubicación exacta de Bodegas Vega de Yuco. En el espacio más puro de la creatividad paisajística. La receta natural y ecológica con los ingredientes exactos para enriquecer el alma de cualquiera. Una fórmula magistral; entorno más uvas es igual al resultado que más que nunca da sentido a los cinco sentidos.
¡Mira!
Ningún otro lugar del mundo se parece a este, porque en este paraje rural tan singular, se ha desarrollado una forma excepcional de cultivar la vid. Las casas blancas de arquitectura tradicional que salpican con timidez este escenario volcánico, son otra muestra más de la fuerte personalidad y carácter humilde y hospitalario de los habitantes de esta región. No es magia, aunque podría serlo. Lo que sí que es mágica es la forma natural y artesanal que tienen los viticultores de trabajar los viñedos, regalándonos el fruto de su trabajo y un rico patrimonio varietal representativo de la isla.
¡Escucha!
Si te preguntaran a qué suena Lanzarote, dirías que son las vides mecidas y acunadas por los vientos alisios del Atlántico. Unos muros de piedra volcánica con forma semicircular las protegen y cuidan su fruto más preciado. Después, el sereno nocturno al extenderse en la noche las nutre de humedad. Todo lo demás es pura empatía de los agricultores y el saber escuchar. Un pulso a la naturaleza entre el ingenio y la necesidad.
¡Huele!
Respira Atlántico. Aquí, hasta la tierra coge aliento pues hay cepas con más de 200 años de antigüedad. Vinos aromáticos, complejos y untuosos. Elegantes e intensos. Limpios y brillantes. Chispeantes y frescos, suaves al paladar. Si te preguntaran qué aromas tiene Lanzarote, dirías que basta con inspirar profundamente: viñedos, volcanes y mar.
¡Toca!
Piel con piel. Impresionar e impresionarse. Acariciar la tierra, tocar el picón y las parras, creando así un vínculo con el cerebro para que jamás se pueda olvidar. Es sentir de forma íntima la naturaleza y con los pies en la tierra, si te preguntaran qué sientes por Lanzarote, dirías que dejarse conquistar.
¡Prueba!
Si descorchas este paisaje embotellado y te lo sirves en una copa de cristal, descubrirás el secreto de estas uvas transformadas en vino y el mensaje más íntimo que llevan todas nuestras botellas, cuando el vino es el que brinda por ti. Y sí, este es el sentido de la vida y el que da sentido incuestionable a todo lo demás.