Bodegas Vega de Yuco prepara la viña para un nuevo ciclo vital
Caminamos entre las parras y zocos de los viñedos de Bodegas Vega de Yuco, acompañados del equipo de campo que ultima los trabajos de poda en los únicos hoyos que aún quedaban por preparar.
Unos trabajos que comenzaron a finales del mes de enero y que en apenas un mes se han completado. En Lanzarote, al igual que tenemos una de las vendimias más tempranas de Europa, realizándose ésta en los meses de verano, la poda se suele realizar tras la caída de la hoja en el mes de febrero y durante el reposo invernal, antes de la brotación. En este momento del ciclo vegetativo en el que nos encontramos y la viña aún descansa, es el momento de sacar la hoja que cae al fondo de la cepa, para evitar un posible y posterior foco de infección, y podar las parras de cara a la primavera, lo que hará que las vides se reactiven con la subida de temperaturas y salgan de dicho descanso.
Con el mimo y determinación de quienes conocen cada una de las parras y escuchan lo que cada una de ellas les cuenta, el equipo de campo procede a cortar, parcial o totalmente, algunos órganos de la viña, como los pámpanos.
Desde la caída de la hoja, hemos esperado un tiempo prudencial para realizar la poda, con el objetivo de que la planta acumule las reservas necesarias para la etapa siguiente y que la cepa no se debilite. Un factor que el viticultor lanzaroteño tiene muy en cuenta a la hora de realizar la poda, influenciado también por un clima cálido y seco como el nuestro que transmite mucho vigor a las cepas. Por el contrario, si se podara cuando las cepas ya han brotado, debilitaríamos la viña que ya ha empezado a movilizar sus reservas, aunque a veces ocurre que con inviernos cálidos, como el que tenemos este año, se puede producir un efecto de mejora en la brotación.
Desde la última poda ha pasado ya un año, todo un ciclo completo en la viña.
¿Y por qué es necesario ahora realizar estos trabajos?
Son varios los motivos, pero sobre todo para alargar la vida de la planta y orientar su crecimiento; darle en sus primeros años una forma determinada, que nos facilite las posteriores labores que se realizarán sobre ella; para que se produzca una cosecha anual lo más regular y constante posible; y para regular la fructificación, haciendo que los racimos aumenten de tamaño, mejoren su calidad y sobre todo que maduren bien. A través de la poda también podemos controlar el vigor de la cepa, acomodando sus dimensiones al sistema de cultivo, en nuestro caso en hoyos o en hilera, colocando a las variedades propias de la isla, como la Malvasía Volcánica, la Listán Negro, la Diego o la Moscatel, en las mejores condiciones posibles de insolación y aireación.
Asimismo, para los trabajos de poda, es fundamental tener en cuenta algunos criterios a la hora de la elección del sarmiento que es sometido a esta poda de invierno. El sarmiento es el brote largo, delgado, flexible y nudoso que crece cada año de las yemas nacidas de las maderas que tienen más de un año. Esta poda consiste en eliminar los sarmientos del año y dejar solo unos pocos debidamente podados, de los que brotarán los futuros pámpanos de la cosecha siguiente.
¿Y ahora qué? ¿Cuáles son las siguientes fases del ciclo de vida de la viña?
Después de la poda, el ciclo continúa, con el denominado lloro que marcará el inicio de la nueva actividad de las raíces, tras el parón de invierno.
Llegados al mes de marzo en Lanzarote, cuando las yemas empiezan a hincharse y sus escamas protectoras se abren, dejando paso primero a la borra y luego al crecimiento del pámpano, se produce el llamado desborre que en este 2020 se ha adelantado en nuestra isla hasta en quince días. Una vez la yema ha desborrado comienza la fase de crecimiento, distinguiéndose un crecimiento de los brotes y la aparición de las hojas y otros órganos. Durante esta fase se produce también la floración, el cuajado y desarrollo del fruto, la conocida fase del envero y con esto el comienzo de la maduración.
Por último, entramos en la fase de agostamiento. Se conoce así a esta fase en la que los pámpanos empiezan a tomar un aspecto leñoso, endureciéndose y normalmente cesando su crecimiento. Ya después se realiza entonces la vendimia y posterior caída de la hoja. Entre la vendimia y la caída de la hoja, la viña sigue acumulando reservas que le servirán para la brotación del año siguiente, por lo que la hoja debe mantenerse en la viña todo lo que se pueda hasta este momento de la poda, que en Lanzarote realizamos en el mes de febrero.
Todo un minucioso y estudiado trabajo de campo que apoyado por el equipo técnico y enólogos de la bodega se realiza cada año para obtener una materia prima de extraordinaria calidad que dan como resultado unos vinos blancos, rosados y tintos únicos.
Infografía: Blog Verema